La otra vez una persona me escribió y me dijo que mi blog solo hablaba de cosas que le ocurría a mujeres que tenían algún tipo de ingreso y, que las mujeres que no tenían dinero, no tenían los problemas que plateaba pues la pobreza las consumía. Lo pensé y aquí va mi respuesta.
Quiero disentir pues las mujeres somos mujeres muy independiente del dinero o la posición social que tengamos, basta que vayamos a la sierra de nuestro país (PERU) para ver como se celebran los matrimonios, los bautizos y las fiestas de pueblo, cada mujer está mejor vestida que la otra, “rajan” de las mismas cosas que las que están sentadas en una recepción en Madrid y cuando se miran al espejo se preguntan de igual manera si se ven “bonitas” o “fabulosas”, pues la mujer es mujer siempre, eso no se pierde gracias a Dios por la pobreza ni por la difícil situación que estas pasando en tu vida.
El ser mujer es una huella indeleble que llevamos en cada paso de nuestra vida, porque no solo responde a un conjunto de temas físicos y químicos de nuestro cuerpo (la depresión antes del periodo menstrual o el hambre incontrolable en el periodo menstrual), sino que también en nuestra psiquis y en nuestro modo de comportarnos y relacionarlos con los demás. Es más no se pierde ni por un tema de religión ni por un tema de opción sexual, las mujeres somos mujeres siempre.
Porque ser mujeres es tener (nuevamente) una fuerza interior que nos define y que nos lanza a aventurarnos cada vez, cada día en un mundo evidentemente de hombres, porque ser mujer es tener la esperanza a través de la vida que fluye en nosotros de un mundo mejor, el mismo que tenemos la posibilidad de construirlo cada día, porque ser mujer es tener una relación directa con la estética, con la belleza y con la sensibilidad humana. Ser mujer es ser ruda cuando se necesita y ser dulces cuando se debe. Ser mujer es querer ser bella en cada instante, es querer tener las uñas pintadas, los hijos felices, el marido satisfecho y la casa hermosa, porque la mujer puede pensar muchas cosas a la vez y no morir en el intento (sino pregúntenle algo a los hombre cuando ven una partido de futbol o su sucedáneo en cada país). Ser mujer es conquistar el mundo a cada paso, los hombre desde que nacieron lo tuvieron todo, en cambio la mujer todo lo tuve que conquistar, todo lo tuve que lograr a punta de esfuerzo, valor y sangre. Recordemos como hace algunos siglos atrás la mujer valía menos que una vaca y ahora puede ser presidenta de un país. Ser mujer es ser vanidosa también, es perdonar a veces lo imperdonable y estar enamorada muchas veces del amor y no de los hombres que pasaron por nuestras vidas.
Así que, creo, que independiente de la situación económica, de donde vivas, de la religión (otro gran espacio), de la edad (sino preguntenle a las abuelitas) y de la opción sexual, siempre, siempre, la mujer será mujer, porque la feminidad la llevamos tatuada a la piel, a la psiquis, a nuestro ADN y a nuestra ALMA. Chauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu
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