De torturas y tacones...

El otro día vi en internet a un grupo de hombres que caminaban en tacones en Canadá, y lo hacían como una forma de protesta llamada “en sus zapatos” y claro se les veía graciosísimos en tremendos tacos y caminando como podían los pobres.

Mirando ello me di cuenta que caminar en tacones es un arte, un arte que las mujeres perfeccionan todos los días, pero que sin embargo, no es siempre comprendido y entendido por los varones o por otras mujeres.

Los tacones o zapatos de taco tienen como todo en la vida de las mujeres sus complicaciones, tenemos de todos los tamaños, de todas las formas, de todos los estilos y de todos los colores.

Cuando compras un tacón, no piensas si es lo suficiente cómodo para bailar sin parar en el matrimonio en el que te los vas a poner, primero vez si te estiliza la pierna (y si tienes pierna de futbolista como yo aún más), luego ves que no te deje tan alta que sobre pases a tu pareja y todos se estén burlando constantemente. Paso seguido ves la textura del tacón, si va con la ropa que te pondrás, y si puedes, si puedes, vez que tenga algo especial que lo diferencie de los cientos tacones iguales que desfilarán en dicho evento.

Lo más gracioso de todo es que cuando llegamos a la fiesta le decimos al esposo – no pienses que caminaré mucho con estos tacones- y el se pregunta lógicamente entonces para que nos lo hemos puesto y la respuesta es lógica PARA LUCIR LINDAS.

Por eso, y esa es la razón que a media fiesta más de la mitad de las mujeres ya no tienen los zapatos puestos y la otra mitad no ha bailado más de una pieza. Porque en la mujer no siempre lucir hermosa significa estar cómoda.

Comparto con Ustedes una colección de zapatos muy especial, que solo se le puede ocurrir a una firma venderlo a mujeres (ETERNAMENTE BELLAS BELLAS).

Y tú, tienes alguna historia de tacones??? Compártela.