A veces pensamos lo mejor es tener relaciones pacíficas y tranquilas, donde solo se escuche las risas y se sientan las alegrías, pero por Dios esto no es cierto. Ya comenté en otro blog que lamentablemente una vida sin baches es una vida que no tiene colores, y por sobre todo, es una vida de marciano, pues una vida de ser humano, es una vida con baches, con problemas, con soluciones, con risas, con penas, con dificultades y con alegrías.
Hace unas semanas, discutía con mi esposo y me di cuenta (no le digan por favor) que muchas veces ni me acuerdo porque discutimos, en el momento somos capaces de decir todo lo que se puede decir, pero si pasa un mes no puedo recordar siquiera porque era la discusión, entonces me pregunto si realmente fue importante???
Una de las cosas más difíciles en pareja es impedirnos con toda fuerza esa inclinación a querer cambiar a nuestros hombres, pues como ya lo sabemos el ser humano cambia porque así lo desea y lo decide, pero lo más importante es QUIEN DICE QUE EL CAMBIO ES EL CORRECTO? Por qué pensamos que porque nosotras lo decimos, es el cambio correcto o mejor dicho el que se requiere, a veces creo que ni pensamos que quien debe cambiar es UNO, es decir nosotras y no ELLOS. Y es que claro es más fácil que cambie el otro y no nosotras, es más cómodo levantar el dedo acusador, hasta es más delicioso pues nos sentimos víctimas, pero al final es el camino más triste, porque al terminar la historia nos damos cuenta que al no incluirnos en la solución, seguimos lastimosamente siendo parte del problema. Es por ello tan típico estas frases de “este es mi tercera pareja y sigo teniendo los mismos problemas”, quizá es que no nos hemos mirado al interior, quizá nos hemos pasado al lado más fácil que es mirar la paja en el ojo ajeno, quizá nos sentimos sin armas y fortaleza para cambiar, entonces, preferimos que el trabajo lo haga el otro.
Y otra cosa difícil de hacer es decir cosas de las cuales no podemos arrepentir, a veces en el calor de la discusión decimos cosas muy duras, sostenemos “verdades” que suenan a dolor, a cólera, a ira, pero no a verdad, pero las lanzamos con el ánimo de GANAR, con el ánimo de DEJAR SENTADO que si la relación se va al basurero es por EL (y nosotras??? Eramos fantasmas??? Estábamos ausentes??? Que pasó???), con el ánimo que nunca más discutamos este tema, con el ánimo de que las COSAS SE HAGAN como NOSOTRAS QUEREMOS, que no siempre es lo que más conviene a la pareja y a la familia.
Las relaciones en pareja son difíciles, complejas, miro a parejas de muchos años como las de mis tíos, mis padres y mis suegros, y me doy cuenta que nunca acaba la tarea: por una parte de reavivar el amor entre ellos (ambos, no solo una parte) y por otra parte de descubrir mejores y nuevos caminos para afrontar la vida, para que esta sea placentera, feliz, y que en un día no nos llegue el cerrar los ojos a este mundo y no sepamos realmente QUE VIVIMOS, personalmente este año me he puesto como meta descubrir lo VERDADERAMENTE importante en mis días, y hago un esfuerzo (aunque mi esposo puede dar fe que no siempre me sale) por dar a cada cosa su lugar, creo que la vida ya es suficiente difícil para agregarle mis miserias, mis temores, mis rencores, mis alucinaciones, mis inmadureces. Y tú, como vas en la relación de pareja??? Te acuerdas del porque de la ultima discusión??? Te mides cuando discutes??? Ayúdanos a descubrir formas de lograr una vida más en concordancia con nuestros días, que tips usas tu??? Chauuuuuuu.
¡Muy bueno el post!
ResponderEliminarRespondiendo tus interrogantes, creo, es más, estoy recontraconvencida de que el 50% de las discusiones de pareja podrían haberse evitado con una actitud menos emocional de uno o de los dos. Muchas veces lo que inicia el pleito es una actitud de poca tolerancia motivada por el stress, el cansancio, las ganas de que las cosas sean como en los cuentos, etc., más que motivos reales u objetivos.
He de reconocer, como tú lo mencionas, aunque no me hace nadita feliz, que somos las mujeres quienes propiciamos los pleitos en mucha mayor proporción que los varones (las mujeres, definitivamente, sentimos y reaccionamos de modo taaaaan distinto a ellos...).
La verdad, tras 18 años de vida en pareja (y un divorcio en mi haber) aún me descubro diciendo cosas que no ayudan... y pidiendo disculpas luego.
Reconocer los errores no es fácil, pero ayuda.
Gracias Luzma por tus constantes comentarios, asi es reconocer los errores es super complicado (yo misma no lo hago siempre) pero que vital que es :)
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