En boca cerrada no entran moscas...shhhhhhhhhh

Cuando no hay nada que decir, mejor es quedarse callada cierto???? Viene una amiga y nos cuenta que se va a separar, que hacemos??? La escuchamos con atención??? Nada que ver, le disparamos mil y un experiencias (tuyas y ajenas), y ya le contamos de abogados, de procesos y de la dicha que le llegará luego de la pena, de cuánto va a bajar de peso y de cómo encontrará a su príncipe azul después. Y por qué??? Porque de callar las mujeres sabemos poco. Siempre tenemos que decir la última palabra, siempre tenemos algo que opinar, algo que decir, algo que comentar.

No les ha pasado llegar a un shower, sentarse al aldo de alguien que no conocen y cuando termina la noche, lo sabes todo de ella??? Cuidado yo soy así, perdidamente conversadora. Y es que las mujeres dominamos todos los tópicos, no sabemos de futbol pero si de las piernas de los futbolistas, podemos lamentarnos de no llegar al mundial, y hasta podemos quejarnos que nos dejan de lado por esos malditos 11. Y de bebes, aunque no tengamos, también sabemos, los mil y un consejos, formas de sacar chanchitos y como hacerlos estudiar. Y qué no decir de donde comprar cierta ropa, o donde hacerte el mejor corte o las mejores uñas, y que color te queda estupendo, y que está de moda, puffffffff, nosotras si sabemos de todo, menos de callar.

Y es que creo que buscamos siempre llenar los vacios, tapar los silencios, huir de los momentos calmos, vivimos una vida tan acelerada ya sea por la vida misma o por las hormonas, que siempre, siempre, debemos tener actividad.

Pero vamos, callar es bueno también, decimos muchas cosas con el silencio, claro no ese castigador, sino de ese silencio sabio que apacigua el alma y equilibra la vida.  Así que shhhhhhhhhhhhhhh (nota mental para mí) quizá en ese silencio, la amiga que viene a contarnos de su separación, solo necesita un hombro donde descansar y un pañuelo para untar sus lágrimas, quizá y solo quizá si necesita algún consejo nos lo pedirá.

Chauuuuuuuuu