La vida trae regalos inesperados, de esos que recibes todos los días, pero son inesperados porque no los ves venir y porque normalmente no los ves pasar, muchas veces nos enfurecen muchas cosas y otras nos desalientan, pero estos regalos inesperados, estos que se ocultan en la cotidianidad y que nos deslumbran con su sencillez, son los que realmente de la vida una alegría constante, son los que llenan de aire nuestros pulmones y de alegría nuestro corazón. Puedo nombrar varios pero aquí enumeraré uno de ellos con la intención que TU hagas tu lista personal de regalos inesperados:
- Mi padre en un día muy duro y con una gripe encima me dice “hijita te he guardado un poquito de zapallito, quieressss???””””, ese zapallo cura las penas de cualquiera y claro alimenta el cuerpo y el alma y calma el estómago.
- Voy al baño en el trabajo y tres dama extrañas me saludan “buenas tardes” me dicen y yo pienso esto es un honor, ahora la gente ya no es corrección era tan educada, hay esperanza de un mundo de mejor convivencia.
- Estoy por cruzar la calle pensando “claro, de seguro voy a querer cruzar y algún imprudente me va a meter la punta de la nariz del carro”, cuando el conductor estira su mano y me hace la señal mundialmente conocida de “adelante”.
- Regreso de un tema molesta y un compañero de trabajo me sonríe, me hace una broma y me dice al final “bueno, es uno el que decide molestarse o tomarlo deportivamente”.
- Me levanto temprano en la mañana (cosa rara en mí) porque mi esposo no está en la cama y ya con ganas de increparle que hace tan temprano me sorprende con mi juguito de limón que hace bien en ayunas J uhhhhh.
- Estoy de corre corre todo el día y mi madre me llama y me dice “hija, disculpas, te interrumpo, solo quería decirte que te quiero mucho” abuuuuuu, porque Dios es tan buenooooooo.
- Mi amiga de la infancia me manda un mensaje por Whats App y me dice que porque no la he ido a ver y pienso “que bueno que aún me necesiten”.
- Por último y para no gastar todos mis regalos, llego a casa cansada y mi perro me recuerda que tengo aún una tarea importante acariciarlo hasta saciarlo y luego claro a la gata que me mira con cara de picona detrás de la ventana, finalmente termino en mi marido que si tengo tiempo para ellos también tengo tiempo para él y recuerdo que feliz que soy.
Ciertamente el día a día a veces nos atormenta, las personas nos decepcionan y ciertos actos de maldad o egoísmo o falta de educación nos hieren, pero estos regalos agazapados en el silencio y el anonimato, bien nos reconfortan. Y cuéntanos cuál es el tuyo???
Totalmente de acuerdo, fijarnos en lo bello de las pequeñas cosas nos hace mas fuertes y positivos ante el día a día.
ResponderEliminarasí es Gustavo, eso nos hace mpas fuertes y positivos como bien dices, y nos hace cerrar los ojos al final del día sabiendo que hay más bello que feo en este mundo :). gracias por tus aportes.
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