martes, 9 de abril de 2013

De levantarse aunque duela y de llorar aunque de pánico

Equivocarse y levantarse no tiene problema alguno, perder para tomar impulso y ganar luego tampoco, entristecernos para luego sonreír tampoco, pero creo que los extremos si son un problema.
El otro día conversaba con una amiga que se acababa de divorciar y estaba siguiendo su vida como si nada luego de más de 10 años de casada, ella me decía que ella se decía a sí misma "no llores, no te apenes, ni una gota de lágrima, sigue adelante", no sé en qué manual de la mujer dice que cuando nos pasa algo muy doloroso no nos podemos tirar a  la cama a llorar, no nos podemos dejar caer, no podemos pedir ayuda, y que solas con nuestro dolor nos debemos de quedar, si lo dice en algún manual hay que botarlo a la basura, sufrir, sentir dolor, llorar no es nada malo, lo malo (desde mi humilde perspectiva) es negar que este dolor exista y sepultarlo en nuestro corazón, pues eso nos enferma y deteriora paulatina y sistemáticamente nuestra vida.
Otro tema parecido pero distinto a  la vez es el quedarse en la pena eterna, echándole la culpa a algo que sucedió hace años y que pareciera que sucedió ayer. Creo que cada quien sufre su pena como mejor le parece, pero eso de vivir en pena toda la vida, o como me decía mi amiga “yo no me vuelvo a enamorar porque yo sí creo en el amor verdadero” (ella se había divorciado y obvio que el amor verdadero era el primero que no resulto), me parece que también es una exageración o quizá una excusa para no arriesgarse a seguir adelante, una excusa para no movernos de nuestra zona de confort, una excusa para que nos sigan mimando y sigan pendientes de nosotras, una excusa para depender de otros y que no sea nuestra la responsabilidad de nuestra vida y de su historia.

Creo que hay que ser muy valiente para levantarse después de caer, creo que hay que tener mucha fuerza interior para vivir luego que alguna parte de nosotros ha muerto, creo que es muy difícil seguir adelante cuando alguien que amamos ya no nos acompaña en este mundo. Pero creo que si seguimos en esta vida y nuestra historia continua, en algún momento debe significar ponernos de pie, cada una sabrá cuando, cada una sabrá cómo, cada una sabrá si necesita o no terapia (la cual es altamente recomendable) pero todas, absolutamente todas debemos de saber que es un deber para con nosotras mismas LEVANTARNOS, EMERGER, porque creo que finalmente que la felicidad no depende de nadie, depende solo de nosotras, de cómo queramos mirar el mundo y de cómo queremos vivirlo. Así que a llorar cuando se necesita y a llenarnos de coraje para seguir adelante cuando llegue el momento, recordemos que la vida ES AHORA, como me dijo alguien el fin de semana “descansaré cuando esté en la tumba”. Que tengan una hermosa semana y Chauuuuuuuuuuu.

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