lunes, 8 de julio de 2013

Resistencia al cambio...ALERTA



La resistencia al cambio es una realidad, una realidad tan inminente como que respiramos. En mi vida no he encontrado una persona que tenga que cambiar algo o mucho y de primera sonría, zapatee y corra a abrazar el cambio con una sonrisa en los labios y sin dudas que nublen su aparente tranquilidad. Creo que la resistencia al cambio es humana, es natural y es lógica por sobre toda las cosas, porque cambiar significa dejar algo que hemos hecho por mucho tiempo, que nos costos éxitos y fracasos para lograr acomodarnos a esa nueva (ahora vieja) situación que se nos presentó, y de pronto, sin más ni más, tenemos que cambiar. Ahora bien, lo que sí me parece que es importante conversar y analizar es cuanta resistencia al cambio le imponemos al momento de emprender una situación nueva en nuestra vida, cuanta de esa resistencia nos hace estar inmóviles unas horas, unos días, unas semanas, unos meses o toda la vida, cuanta voluntad y fuerza espiritual se necesita para no caer en el intento de perseguir ese cambio cuando vemos que es bueno y positivo para nuestra vida.
En nuestra vida, cuanto más años pasan, más cambios hemos tenido que afrontar, vivir solos por ejemplo es un gran cambio en nuestra vida, conozco personas que por “comodidad” en realidad me parece que es por “temor” no se lanzan a vivir solos porque claro si fuera así no tendrían a nadie mirándole la cara, no tendrían a nadie separándole la comidita y a nadie pasándole la manito cuando caen enfermos L. Cuántas veces hemos conversado con amigas que viven una situación muy difícil en sus matrimonios, lo han intentado todo y nada ha funcionado y nos preguntamos en silencio (porque no estamos para dar consejos creo) porque no se separa? Si realmente sufre tanto, vivirá así toda su vida? Es que divorciarse, separarse, vérselas sola, es súper difícil y más aún si tienes hijos, pero el tema es que por más difícil que sea no es imposible, al principio costará y mucho carajo, pero luego, con los meses vendrá la calma, el sosiego, y de hecho una vida mejor, siempre vivir en paz y con amor pero con menos, será mejor que vivir acompañado, con más, pero sufriendo eternamente. Cuántas veces hemos tenido que cambiar en el trabajo la forma de hacer las cosas, o hemos tenido que cambiar de trabajo y se nos ha hecho un mundo, hemos querido tirar todo por la borda y meternos a la cama y decir BASTAAAAAAA¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡. Por último cuantas veces hemos tenido que cambiar de vida ante la pérdida de un ser amado, ante un cambio drástico en nuestra salud, o ante la llegada de una nueva persona a nuestras vidas.
Cambiar, es difícil, enfrentarte a nuevas cosas, nuevas situaciones, nuevos sentimientos, también lo es. Es muy pero muy difícil cambiar, es por ello importante revisar cómo va nuestra fuerza vital, si la resistencia al cambio nos hará quedarnos donde estamos toda la vida o será normal en cantidad y luego de disfrutarla y mirarla, nos hará caminar más animados y más lejos hacia donde queremos y hacia donde debemos. Que no nos pase decir “me gustaría vivir así” como si vivir de determinada manera fuera una casualidad, y no un esfuerzo de años, que no nos pase decir “cuanto extraño……” y no damos los pasos necesario para dejar de extrañar, que no nos pase decir “hace tiempo que no me das un beso apasionado” sin nosotros darlo primero, que no nos pase decir “ya estoy vieja, no cambiaré” porque no estamos viejos, ni la vida es siempre, es ahora.
Culmino pensando, que la resistencia es tan real en la vida del ser humano como la búsqueda de la felicidad, pero ello no significa que la aceptemos como parte de nuestro ADN, que le demos un tiempo determinado para que haga su aparición en el escenario y que luego le digamos CHAU, cuidado, debemos tener mucho cuidado que la resistencia al cambio nos inmovilice, nos aplaste y nos deje SIN VIVIR LA VIDA A PLENITUD. Chauuuuuuuuuuuuuuuuuu.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

DEJANOS TU COMENTARIO, ES MUY VALIOSO PARA NOSOTROS