Hasta
donde nos llega el conformismo? Cuantas veces nos levantamos y decimos, esto lo
vamos a cambiar y ahí queda? Cuántas veces hemos dicho, mañana será distinto, y
termina siendo la misma vaina del día anterior? Digo esto porque una amiga me
comentaba que ahora que tiene 3 hijos con su esposo ya no se puede separar de
él, ya saben por ello de que los niños sufren mucho en las separaciones, y la
verdad es que no entendí la reflexión, le pregunte porque después de 3 hijos le
asaltaba la idea de separarse, ya no lo amas le pregunte? Y con sorpresa de
verdad me dijo que no, que claro que lo amaba pero que no lo soportaba, yo aún
perdida en el tema le dije “pero no será el cansancio de la carga del trabajo y
la casa, que hace que las cosas ya no sean como antes?” y zassss me vino una
respuesta que nunca habría esperado “es que nunca las cosas fueron bien, ni
antes ni ahora”, y guardé silencio, porque la pregunta era inevitable “y lo piensas
después de 3 hijos y más de 12 años casados???, no pensabas igual en el hijo 1?
O en el hijo 2? O en el hijo 3??? Que pasooooo?????” Cuál habrá sido mi cara
que me dijo ”ya sé que estás pensando??? Porque espero hasta ahora???, sabes
por qué??? Porque, siempre, todos los días me despertaba pensando que ya había sido
bueno, y plopppp el trabajo, las deudas y el hijo, la hija y luego el otro hijo
me jugaron la pasada y de pronto habían pasado más de 10 años en esto”, yo
guardé silencio, porque no podía creer lo que estaba escuchando, hasta que me
miré la panza y pensé, a OK la entiendo, todos los días digo que comeré menos,
que bajaré de peso y ya me ven aquí tan rellenita de amor como siempre. Y es
que es así, muchas veces, muchas veces realmente el conformismo nos arrebata
las ganas del primer impulso, la costumbre de los días se hace más débiles al
cambio y más fuertes en la rutina, la falta de un re enfoque cada cierto tiempo
nos aleja de nuestros sueños y nos acerca a todo eso que “no planeamos, que no
soñamos y que no pensamos”.
Cada
vez que me mire la panza, mi amiga mirará su foto familiar, y las dos
pensaremos lo mismo, que pasó en los últimos 10 años, cuidado, mucho cuidado,
debemos tener, en que esa panza y esos 10 años torturen nuestros sueños hasta
dejarlos en el oscuro rincón del olvido. Chauuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu.
Interesante el tema.
ResponderEliminarDe uno u otro modo, toda persona termina enfrascándose en alguna forma de rutina. ¡Hasta vivir como gitano o vagabundo puede llegar a ser algo rutinario! Y la rutina, si nos descuidamos, mata muchas cosas que hicieron que al principio pareciera algo bueno, y por eso la dejamos instalarse en nuestra vida.
Pero, como dice Asimov "Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho".
Toda persona tiene derecho a sus incongruencias y a sus errores la pregunta es: ¿estás dispuesto a vivir con ellos o son tan insoportables que te estás aniquilando por la comodidad de no esforzarte por hacer algo diferente?
Para completar la idea recurriré a Santa Teresa de Jesús, que dijo: "No son buenos los extremos aunque sea en la virtud".
Totalmente de acuerdo "nunca tanto miss" como me decía una alumna, gracias por tus comentarios
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